Los hombres de marte, las mujeres de venus y yo el único terrícola

Es una explicación a mi extraño comportamiento, no es que yo sea raro, es que soy el único normal. Pero no es realmente así como está escrito, los hombres no son de venus y las mujeres no son de marte, la historia real fue así:

Hace 400 años el mundo se creó a partit de un bote de natillas danone, las que ahora se llaman danet. En el planeta vivían ya todos los animales y plantas que hay actualmente, incluidos los que se han extinguido en los últimos años. El único rastro de vida inteligente era un sarrio con la capacidad de hablar y yo, que vivía rodeado de marmotas en la montaña (por eso duermo tanto), y como todo el mundo sabe a estas alturas soy un elgo inmortal. Hace aproximadamente 120 años comenzaron a llegar naves extraterrestres de un sistema solar vecino puesto que allí habían tenido una plaga de polillas comepelos. Todo ese gentío que llegó son los que actualmente forman lo que se llama la especie humana. ¿Y por qué nadie sabe de esto? Pues es que cuando llegaron al planeta la primera nave aterrizó encima del sarrio, dejándome sin ningún amigo de toda la vida, y a cambio pues crearon para mí todo un pasado, comenzamos a construir ruinas, leyendas, inventamos nombres de reyes y de profetas, las pirámides las hicimos para guardar las naves debajo, seguro que a nadie le da por levantar un tocho así. Lo bueno es que estos humanos no viven 120 años, y también gracias a las guerras y la demencia senil ya no queda nadie que recuerde el pasado del planeta. Los OVNIs que se ven de vez en cuando no son naves extraterrestres que nos espían para experimentar con sondas anales ni nada así, es que son familiares lejanos que buscan a algún conocido, pero como no lo encuentran se dan un garbeo turístico y se van.

Pues a grandes rasgos ésta es la historia del planeta, que hasta hoy nadie se había atrevido a contar, y por eso a mí me cuesta tanto ligar, porque soy el único terrícola que hay en el mundo, el resto son frikis extraterrestres que vinieron huyendo de las polillas (por eso a casi todo el mundo le asusta cuando ve una, aunque no hagan nada)